La cámara sigue el recorrido de una chica por un camino sinuoso. Pronto veremos que no está sola, sino acompañada de otros cuatro -tres chicos y otra chica- de su edad. Todos se adentran, ya sin camino, por un bosque. Andan con convicción, pero parecen perdidos. Van jugando, haciéndose comentarios banales que apenas se entienden. Si estuviésemos en una película norteamericana al uso de las que inundan los canales de televisión, al poco rato irían desapareciendo o matándose uno a uno a base de golpes de efecto, pero no se trata de una película adocenada de las del montón, sino de una película argentina, "Leones" (Jazmín López, 2012), pescada por casualidad en Sundance Channel, que con la persuasión hipnótica de sus imágenes en otro momento me habría posiblemente resultado insoportable, pero en esta ocasión me ha abducido.
La cámara, que a veces parece mostrar imágenes subjetivas de uno u otro, también podría ser un sexto personaje. En un par de momentos se queda atrás del grupo, hace una panorámica de 360 grados y vuelve a atraparlos, por lo que se deduce que sí, que están perdidos. En otros parece escoger y vivir pequeños dramas internos con la chica del principio. Hay que decir que, tras casi todo el metraje, se sale del bosque. En los títulos de crédito finales las dedicatorias de la película confirman que sí, que has entendido bien su final, confirmando también las -escasas- músicas y que está rodado por Bariloche.
Podría ser una de esas películas de cineastas noveles del festival de Locarno.
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