¿Mi opinión? Que el tal Hashizume, por mucho que recuerde a un crítico de cine catalán, no puede hacer olvidar de ninguna forma a Chishu Ryu; que un poco de concentración habría ayudado a Yamada; que quizás se refocila demasiado en escenas sensibleras, buscando la lágrima del espectador; que la excelsa monda de una manzana de “Cuentos de Tokio” se ha trastocado en un prosaico corte de uñas. Pero aún así, viendo lo que suele ofrecer la cartelera, al fin y al cabo, no está mal, de tanto en tanto, eso de poder degustar un melodrama como éste que, por otra parte, te acerca un poco al Japón.
La seguirán haciendo hasta el jueves en la sesión de las 20h en el Melies de Barcelona.
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