Filmin ha colgado una auténtica “rara avis”. Se trata de “Ya he muerto tres veces” (Maxence Vassilyevitsch, 2025).
Sigue, de un amanecer hasta el siguiente anochecer, dicen que con un equipo mínimo (el realizador y su mujer) a Jacques Nolot, un actor francés que ha intervenido en cantidad de films independientes, y realizado también sus propias películas.
Lo vemos, a sus 80 años, levantarse, desayunar… y empezar un pausado relato repasando ciertos momentos de su vida: cómo un amante al que había alojado -recién salido de la prisión- en su apartamento le había robado los cuadros de valor que tenía, cómo fue que hizo de gigoló por primera vez (fue amante de Roland Barthes) y, a partir de ahí, pasó a prostituirse de forma continua.
Más de la mitad del metraje lo vemos en su apartamento, compuesto de chambres de bonne reformadas, para luego acompañarlo en su coche, él siguiendo su relato, por el Bois de Bologne, donde busca, en lucha con la memoria, los sitios que solía frecuentar.
Extremadamente sencillo, sin aparente intervención decisiva del realizador (que va registrando lo que viene a ser un monólogo, que se dice a sí mismo Nolot) es, posiblemente, sobre todo, una película sobre la lucha que supone a su edad cada artilugio de la modernidad y la terrible soledad a la que lleva la vejez.

No hay comentarios:
Publicar un comentario