lunes, 15 de diciembre de 2025

Rentrée des classes


Fue en mi opinión muy buena idea emparentar el “Rentrée des classes” (Jacques Rouzier, 1956) con el “Zéro de conduite” de Jean Vigo. No sólo tratan del mismo tema, especificado en el título de la de Rozier, sino que ambas tienen, en su exposición de la actividad infantil, igual feliz atropello y nerviosismo.
Uno de los niños de “Rentrée des classes”, que siguiendo una apuesta ha lanzado desde un puente su cartera al río, retrasa su entrada en la escuela donde ya empiezan las clases todos los demás. Primero siguiendo la corriente en por de la cartera, se convierte en un pequeño Robinson Crusoe tierra adentro. Después se encuentra una culebra con la que disfruta en remansos paradisíacos, alargando el encontronazo.
También hay una historia muy divertida con el padre de un alumno y hasta un sencillo homenaje a la escena del cochecito cayendo por las escaleras de Odessa de “El acorazado Potemkin”.
La salida final de los niños por la puerta de la escuela, como expansivo y sonoro descorchado de champagne, para recuperar la libertad perdida, recuerda la misma explosión que se produce en circunstancias parecidas en el Thiers de “L”argent de poche” de Truffaut. Y coincide con un tema cinematográfico y de pinturas similar, que me tiene obsesionado: la salida del trabajo.






 

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