La Casa Degli Italiani en Barcelona celebraba esta semana sus 150 años de vida. Me han comentado que tuvo históricamente, desde su inicio, un empuje e importancia muy grandes. Ligando un poco cabos, he llegado a la conclusión de que su empuje debió tener mucho que ver con la ebullición de la industria en Barcelona y Catalunya entera durante la última parte del s. XIX: Hasta hace bien poco, la mayor parte de la maquinaria de precisión de las fábricas medias catalanas solía ser italiana y eso debía suponer, sin duda, un gran flujo de sus técnicos y comerciantes hacia la ciudad. Pero eso ya entraría dentro de una buena investigación sobre las instituciones extranjeras en la ciudad, que deberían estar reclamando a voz en grito su historificación, una buena exposición demostrativa, etc.
Jesús Franco no gana para desengaños en “El extraño viaje” desde la muerte de sus padres. Invoca al tiempo pasado continuamente: “¡Con lo buenas que estaban las peras del huerto de papá!” ¿Cuáles podrían ser esas riquísimas peras del huerto de papá, a conservar en la memoria? Aquí –Cine- se intenta recopilar y dejar visibles las impresiones a vuelapluma, en general sin documentación ni análisis previos, de la reciente visión de alguna película que me haya causado buenas vibraciones.
viernes, 23 de enero de 2015
La "gala" del Projecte Pasolini Barcelona
Para celebrar el aniversario han forrado las paredes de su sala con toda una serie de fotografías de los acontecimientos de todas sus fases históricas, sin olvidar ninguna, y de esta guisa es como nos ha acogido al grupo Projecte Pasolini Barcelona esta tarde de jueves, ya que gracias a la intervención de Roberta Ferraza, directora del Instituto Italiano di Cultura, hemos podido celebrar ahí el acto en que presentábamos las diferentes actividades programadas para este año Pasolini. Teniendo yo un pie dentro y otro fuera de la sesión, me atrevería a decir que ha sido ese un acto largo (casi dos horas), con un par de puntos –a mi entender- fuertes, otros seguramente más cansinos y un par de golosinas puestas ahí para desintoxicar y, a la vez, abrir boca a los espectadores, dejándoles entrever lo que podrán degustar próximamente. Por las fotos del álbum (todas demasiado iguales y de poca calidad, porque las he sacado casi todas ellas desde mi cómoda pero inmóvil butaca, con poca luz y sin medios sofisticados) voy comentando alguna que otra cosa de la sesión, que ha acabado a las tantas, en un restaurante vecino, con camarero dicharachero de Jaén.
El edificio de la Casa Degli Italiani, en el Passatge Méndez Vigo, de Barcelona.
El director de escena, Pere Alberó, adecuando, con escoba y recogedor, el escenario.
El realizador que había de dejar constancia del acto, Hilari Pellicé, preparando su instalación.
Stefano Puddu y Nuria Solbes dándose ánimos: Fueron escogidos por unanimidad del grupo como presentadores del acto. Detrás se distingue un poco a Pablo Borsato, el técnico de la Casa degli Italiani, artífice de que todo eso no se nos haya desintegrado por el lado más inoportuno.
Celeste Araujo, empachada de Ibuprufeno, tose para ver si se despeja la voz y la cabeza. Habrá de leer un texto sobre la actualidad de Pasolini que ha escrito Josep Torrell, quien, asustado, se descubre reconocido por el repórter Tribulete.
Víctor Bocanegra con su teclado, donde ha interpretado una hermosa canción que ha compuesto sobre un poema de Verdaguer e interpretado suavemente.
Nuria y Stefano dando continuidad al acto.
Neus Mayolas pescada por el insolente paparazzi en el improvisado camerino mientras efectuaba unos ejercicios de preparación.
Roberta Ferrazza, directora del Instituto Italiano di Cultura, improvisa un corto pero me ha parecido que sentido discurso sobre Pasolini y su utilización por parte del PPB.
Nuria, que ha demostrado unas señoras tablas (nada de tablitas), hablando pausadamente, dejándose entender.
Celeste Araújo, con la voz muy tocada por las bacetrias y los antibióticos, lee finalmente el texto de Josep Torrell.
Xavier Perarnau iba a decir cómo nació todo esto, y qué se hizo ya el año pasado, aunque más bien ha hecho una filípica moral, con llamada a la participación incluida.
Sandra Sferragatta ha leído un par de textos en friuliano, dejando claro uno de los temas de conversación para la cena. Porque somos unos ignorantes absolutos en lo que respecta al mapa idiomático italiano.
La foto corresponde a uno de esos momentos de fuerza de que hablaba. La fuerza que ha desprendido Dolors Miquel recitando un par de poemas. Luego me han comentado que, acabado el acto, iba a coger un tren y desplazarse bastante lejos, hacia su casa. ¡Chapeau ante su generosa dedicación! (y su fuerza, claro)
Iván Sánchez-Morales, con ayuda, porque también tenía la voz tocada, ha explicado brevemente el proyecto pedagógico ligado a Pasolini.
A la sala ha venido gente muy diversa, con unos cuantos nombres de peso. Yo he quedado contento de ver a unos cuantos amigos de Facebook, incluso corporeizando alguno de ellos a los que no había visto nunca personalmente...
Para mí éste ha sido otro de los momentos de fuerza de la sesión. Ella es Neus Mayolas, una discípula de Ricard Salvat que me ha dejado admirado por su forma de decir y de estar durante el fragmento de la obra "Pasolini Corsario", que ha interpretado.
Más Neus Mayolas.
Al final no ha podido llegar el actor de la obra, y ha sido su autor y director, Pere Alberó, quien le ha sustituido. Con juego escénico ampliado, entrando en el escenario desde el fondo de la sala, incluido.
Aproximándose a su actriz. Pero en ese momento no es el autor y director de la obra (basada en el Pasolini Corsario), sino su actor.
Entre las conferencias y mesas redondas (que han presentado Núria y Stefano) hemos hecho bastante hincapié en nuestra predilección por los diálogos, las confrontaciones. Pues bien. Poco íbamos a saber que en el fragmento de obra que hemos presenciado iba incluido uno como éste.
Con esta evolución.
Y, acabo, Stefano y Nuria cierran el acto, y llaman a la colaboración de la gente para poder hacer realidad todo el programa que se ha presentado, que no está mal.
Risas en el postre de la cena. Igual cuelgo alguna foto más, pero me han salido bastante mal. Quizás mejor enviarlas en petit comité. Perdón por el rollo...
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