miércoles, 10 de diciembre de 2014

Niñas


Iba abstraído, con lo que no me fijé en el más que seguro letrero anunciando que, debido al viento huracanado o a que un capitán no abandona el barco durante las tormentas (sus actuales y enfebrecidos rodajes), Gonzalo García Pelayo no venía a presentar, como anunciado, la sesión con el estreno de "Niñas" y el documental sobre el descubrimiento de él mismo, "Vivir en Gonzalo".
Será por eso, será por el mismo frío viento que ha estado habiendo en Barcelona, el caso es que la sala grande de la Filmoteca no estaba lo llena que la ocasión hacía presagiar, y que la ola de simpatía que supo despertar todo su reciente ciclo apenas se apreciaba en alguna risa y unos cuantos aplausos por el final de cada film.
"Niñas" desconcierta un poco inicialmente. La película más blanca de García-Pelayo, se dice uno internamente. Casi total e inesperadamente un film familiar sin pretensiones. Pero poco a poco el gracejo del acento andaluz -en ocasiones moteado del procedente de Las Vegas- y unas cuantas de sus actrices niñas te van ganando para la causa. Ahí están -soy una inutilidad para recordar nombres- esa niña música con asombroso aspecto de concienzuda adulta, esa otra de ojos rápidamente asociados a los de Ana Torrent descubriendo mundos en una escena yo diría que hecha para recordar "El espíritu de la colmena", la actriz de "Alegrías de Cádiz" repitiendo el divertido número que luego veremos en "Vivir Gonzalo", o el sabio saber estar, trasmitiendo madurez, de Rosa Ávila-. Y unas sevillanas vistas como si fuera la primera vez, o una música inaudita, que en principio no dirías asociada a la película, te hacen preguntarte si no estarás viviendo en directo nada menos que el milagro de la vida y de la feminidad.

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