He vuelto a ver, en el Festival de Friburgo, "Historias que so existem quando son lembradas" (Julia Murat, Brasil, 2011) y me reafirmo en que es de lo mejor que se ha hecho en los ultimos anyos.
En esta segunda vision he apreciado detalles no completamente captados en mi primera vision, como la economia narrativa de la que hace gala Julia Murat nada menos que en su primer largometraje. Un ejemplo: Se ve la comida de los habitantes del pueblo, y se descubre que uno de ellos no es creyente. Mientras los otros rezan, se ve como uno, alla al fondo, ya ha empezado a comer. Al dia siguiente, consciente de que el espectador ya ha retenido el dato, el plano es sobre los que estan en la mesa, bendiciendo al comida, y ya no hace falta ensenyar al ateo. Pero si se oye el ruido de su cubierto en el plato, en off...
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