sábado, 17 de noviembre de 2012

Gli occhi, la bocca


Lou Castel, en un momento de "Gli occhi, la bocca" (Marco Bellocchio, 1982), que han pasado hoy por la Filmoteca, lleva a Ángela Molina a ver "I pugni in tasca" (Marco Bellocchio, 1965), en la que también aparecía como protagonista.
Luego, ya en una casa, le efectúa una confesión biográfica: "Me fueron llamando porque les daba el tipo del mayo del 68. Más adelante, ya nadie sabía nada de mí. Pero yo siempre, siempre, quería expresar algo, aunque fuera una cosa minúscula, una tontería".
Es Lou Castel hablando de sí mismo, pero es también, desde luego, Bellocchio hablando de sí mismo. Y esta "Los ojos, la boca" es una película plenamente bellocchiana, que nos trae de nuevo a colación a un cineasta que siempre ha tocado temas vivos, viscerales, apasionadamente. Es una película que habla de la muerte, de la educación, de la familia con su poder endiablado, del amor, del suicidio, de la libertad, de la locura. Es una película con la que se pasa de la risa al llanto y del llanto a la risa.
Habla también de las máscaras y de la limpieza de las máscaras que nos aplicamos. Habla, pues, claramente, de la vida.

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