sábado, 2 de mayo de 2015

Edén


Esperando todo el rato el corte, pero éste no llega, sucediéndose en cambio escena tras escena de sesiones de garage rave a un ritmo imparable que, por mucho que uno –ajeno hasta del nombre de ésta y otras músicas similares- se lo tome con interés etnológico, se combina con el calor ambiente de la sala del Festival d’A repleta hasta los topes, y se hace difícilmente aguantable.
Sólo al final la trama se aplana y es entonces, justo en la última escena, cuando se ve toda la esencia de “Edén” (Mia Hansen-Love, 2014), de toda una vida no vivida, en otro mundo, en otro estado. Y lo es gracias al recitado del poema “The Rhythm”, de este hombre: Robert Creeley.

Esta escena final (¡después de 130 minutos!) salva in-extremis a Mia Hansen-Love. Espero que con esto ya haya pasado definitivamente esta página.
(Es increíble que no haya por la red ninguna imagen de las repetidas hasta la saciedad en la película: las de un local nocturno abarrotado de gente con los brazos arriba, llenos de coca, siguiendo el ritmo)

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