lunes, 24 de junio de 2024

Présages


Hecha a modo de diario de un viaje a Los Ángeles, con imágenes y lentos trávellings muy intrigantes, los 11 minutos de “Présages” (Joanna Hogg, 2023) forman parte de esa magnífica colección que el Centre Pompidou está formando pidiéndole una reflexión filmada a cineastas de nombre.
Quizás sea ya muy conocida, ahora que la realizadora ha entrado definitivamente en el gusto colectivo, pero se me había pasado por alto. Está visible gratuitamente en MK2 Curiosity, en VOSF el enlace de abajo, que no admite capturas de pantalla (con lo que me he de conformar con colgar aquí estas tres imágenes más anodinas) e ignoro si precisa de registrarse:



 

domingo, 23 de junio de 2024

Le drôle de drame de Marcel Carné


Tenía grabada de TV5Monde, desde hace mucho tiempo, la que creía era “Drôle de drame” (Marcel Carné, 1937), y aplazaba siempre el momento de volver a verla. Ayer, antes de que desapareciera, me puse a ello, y resulta que era en realidad una vertiginosa biografía del realizador francés, “Le drôle de drame de Marcel Carné” (François Aymé, 2020), que me encantó, al ordenarme su obra y descubrirme tantas cosas sobre él.
Muerta su madre a los 5 años, queda al cargo de un padre muy sui géneris, que lo lleva consigo a todos lados, incluido al burdel. A ver si las revelaciones de peso no empiezan en la película desde buen principio…
De joven se hace crítico cinematográfico y escribe un artículo que habla bastante del cine que intentará hacer más tarde, “¿Cuándo el cine descenderá a la calle?” Poco después, realiza su primera película, el documental de 14 minutos “Nogent, eldorado du dimanche” (1929). Las imágenes que aparecían de él me incitaron a buscarla para verla. Ayer hice una entrada con su enlace. Divertido, por entonces, cómo llega a ser asistente de Jacques Feyder y hace para él de todo, desarrollando una gran actividad y aprendiendo un montón.
Su encuentro con Jacques Prevert sirve al documental para, hablando de sus caracteres tan diferentes, dar a conocer su homosexualidad, que yo, siempre en la inopia, desconocía por completo.
Con Prevert dan paso a lo que se llamó Realismo poético, formando a continuación la tribu Prevert - Carné - Trauner - Gabin.
Llega la capitulación francesa en la guerra y su firma con la Continental, la productora que crearon los nazis en París.
Vuelta a Prevert con el éxito de “Les visiteurs du soir”, título que se me quedó grabado cuando, con quince años, leí que Truffaut explicaba que de niño la había visto, emocionado, doce veces.
Tras la guerra las cosas ya no le van tan bien. Sufre una depuración política y después “Les portes de la Nuit” no tiene el éxito esperado tras la deserción de Gabin y Marlene. Le acusan de megalómano, pues hace películas muy costosas, sin reparar en gastos, en épocas de limitaciones.
Estos días, tras la muerte de Anouk Aimée ha salido por los papeles que fue Jacques Prévert, cuando ella tenía 14 años, quien le adjudicó este nombre. Fue en “La fleur de l’age”, un proyecto inacabado -con unas imágenes supervivientes sumamente atractivas- que supuso la ruptura, por razones de intención política respecto al tema, entre Carné y Prevert.
En declive su carrera, el documental señala su relación con Roland Lesafre, cuyo nombre aparecería a partir de entonces en todas sus películas, empezando por la notable “Thérèse Raquin”
En “Les tricheurs” (1958) da paso a una nueva generación de actores, con Jean-Paul Belmondo a la cabeza, pero es ya la época de las atroces críticas de los críticos de la Nouvelle Vague, con una envenenada frase de Truffaut, apuntando indecentemente a su homosexualidad, como si se tratase de pederastia, diciendo que la forma de filmar los niños de Carné es casi de juzgado de guardia.
Una aparentemente marcianada a fuerza de querer ser moderna, “Les jeunes loups” (1968), y una flojilla película de intención política (“Les assassins de l’ordre”, 1971), ya prácticamente cierran su filmografía.
El documental acaba, no obstante, citando la reconciliación de Carné y Truffaut, en un encuentro fuera de París. Fue ahí donde Truffaut le dijo que había hecho unas veinte películas, unas mejores que otras, pero que habría cambiado todas por haber realizado “Les visíteurs du soir”.

Para más coincidencia, Carné creció en Batignolles, el barrio de Truffaut, y está también enterrado en el cementerio de Montmartre. La próxima vez que pase a ver la tumba de FT me acercaré también a ver la de MC. 

Nogent - eldorado du dimanche



La historia del cine abarca ya tanto que te puede deparar sorpresas inesperadas como este “Nogent, eldorado du dimanche” (1929), 14 minutos que constituyen la primera película que hizo Marcel Carné y le revelan como atento seguidor del cine de vanguardia y la buena fotografía de la época:





 

Alcira y el campo de espigas


Encuentro luz (malgré tout)
Amo (malgré tout)
Regalo flores (malgré tout)
Me entristezco (malgré tout)
Me ilumino de inmenso (malgré tout)
Me enSaintjohnperseo (malgré tout)
Me En – Paz – eo
Como con León Felipe
Ando sin dinero (malgré tout)
Hago carteles (malgré tout)
(dibujo)
Iré a París (malgré tout)
Hablo con Carlos y con Ángel
Veo! a Jesús (malgré tout)
Mis amigos! sí me quieren (malgré tout)
En mi infierno (malgré tout)
En el café (malgré tout)
Y regalo días y estrellas! y silencios! y rosas
de la Alameda y pequeñas margaritas (de los prados de Reforma)
de nadie (como Yo)
*********
Malgré moi je t’embrasse desde un cierto silencio sin tiempo
oyendo pasar el – viento! y siento
m’empessooo…
et je m’enferme (malgré tout).
También en Filmin, una sensación extraña, de ir constatando una enorme ausencia: la que en tu mente va construyéndose de la poeta uruguaya-mexicana Alcira Soust, a través de los relatos sobre su vida que hacen sus conocidos, sus poemas y dibujos, alguna escasa fotografía.
Es “Alcira y el campo de espigas”, realizada en 2022 por su sobrino nieto Agustín Fernández Gabard.

 

viernes, 21 de junio de 2024

Une simple histoire


Aviso a navegantes.
Aunque ya ha cambiado mucho la cosa, sigue habiendo mucha gente que no conoce esta hermosa y rompedora película. Le Club Cinéma ofrece la visión de “Une simple histoire” (Marcel Hanoun, 1959) en su versión original francesa subtitulada en inglés, gratuitamente hasta el próximo viernes en este enlace:

 

jueves, 20 de junio de 2024

Music for black pidgeons

A la trompeta Pale Mikkelborg. El del contrabajo es el especialísimo Thomas Morgan. A la derecha, Jakob Bro.

En la batería, Andrew Cyrille.

Jakob Bro en su casa. En otra escena que vale la pena aparece jugando con su hija, bebe de pocos meses, con una guitarra entre los dos

Esta recomendación será válida únicamente para los que sientan algo especial con la música de jazz.
En Filmin puede verse “Music for black pidgeons” (Andreas Koefoed y Jorgen Leth, 2022). Quizás su punto nodal sea el guitarrista danés Jakob Bro (al que no conozco debido a que hace ya demasiados años que no suelo escuchar esa ni casi ninguna otra música, que en otras épocas tenía tan presente), pues es el que va apareciendo hablando o tocando con una serie extraordinaria de músicos -la mayoría daneses, pero también norteamericanos-, a lo largo de unos veinte años. Y Bro confiere a toda la película, esto está claro, su tono musical, que busca emotividad y serenidad.
En ensayos o grabaciones aparecen músicos luego ya fallecidos, como el gran Lee Konitz (quien explica que el saxo que toca le costó 150 dólares en 1945) o Paul Motian, el batería al que dio a conocer Bill Evans y otros veteranos, como el guitarrista Bill Frisell o el trompeta danés Palle Mikkelborg, que toca alguna frase de lo más lírica, Pero también aparecen tocando gente más joven, como Thomas Morgan, un contrabajo todo emoción que me ha parecido estar hecho una chota, pero que me ha dado la sensación de que toca extraordinariamente.
Mucho de evocación de esos músicos ya fallecidos hay en las escenas posteriores, que siguen, como las primeras, desarrollando por todo el mundo, en Nueva York, Groenlandia, Copenhague, Lugano, Berlín o Tokio, en estudios de grabación, actuaciones… o en su casa o por la calle.
Jorgen Leth, aquí co-realizador, es aquel cineasta danés que tan bien supo responder a las “Cinco condiciones” (2003) que le impuso Lars Von Trier. Aquí me dio anoche la impresión de que también sale más que airoso.

Thomas Morgan quedándose mudo, sin poder articular una frase cuando le dicen que notan la intensidad con la que toca (dice que no ensaya nunca para no ofrecer notas mecánicas) y le preguntan qué representa para él tocar música.

Bill Frisell.


 

jueves, 13 de junio de 2024

Maskerade

El pintor, asediado en la sala de fiestas por la mujer del doctor y cuñada del director de orquesta, ella con una pitillera que tiene protagonismo en la trama.



El pintor elabora un dibujo que se publicará y expandirá por muchas publicaciones periódicas, pero que nunca veremos.

La vi anoche con la sensación de estar rellenando un hueco fundamental, una pieza de esas recordadas en todas las historias del cine, cuya contemplación me faltaba.
Hablo de “Maskerade” (Willi Forst, 1934), una miniatura vienesa, llena de fiestas multitudinarias (ellos con frac, ellas elegante traje largo), de músicas, de valses, chismorreos y tolerancia pero a la vez pensamientos malévolos ante los diferentes ‘affaires’ suscitados. Un apuesto y muy solicitado pintor dibuja una noche, saliendo de una de esas fiestas vienesas, un desnudo, cuya modelo sólo iba cubierta por un pequeño manguito de piel y su rostro iba tapado por una máscara. Otra mujer, propietaria del manguito, e incluso una tercera, aparecen como sospechosas de ser protagonistas del escándalo.
He visto la película bien filmada (cómo seguimos al elegante y conquistador pintor, por ejemplo, cuando sale de la sala de fiestas y se dirige a su muy cercana vivienda, todo ello mostrando la cámara únicamente sus piernas dando los necesarios pasos y su sombra…), con simples pero pensadas transiciones, y he sentido cómo, a base de músicas, bailes, flirteos,… se intentaba disfrutar de la vida (hablo de los personajes de la película, pero también de los espectadores que acudían raudos a verla) en una enormemente frágil época entre dos guerras.
Pero lo más curioso es que luego fui a leer algo sobre la película y no encontré documentación alguna sobre ella, pese a lo que me sonaba su título. Acudí, entonces, al pequeño diccionario de Sadoul. No sólo no había en él entrada sobre el film, sino tampoco sobre su director: lo debió considerar demasiado ligero. Sólo Román Gubern, también comprometido, pero siempre atento a asuntos más terrenales, en su ‘Historia del cine’, habla de “brillante ejercicio de estilo”, de “temas banales que adquieren consistencia por la grácil liviandad de un estilo”, constatando que Frost se quedó ahí, en promesa, al contrario que pasara “con su compatriota, Max Ophuls, que llegará a convertirse, valga la paradoja, en el gigante del género liviano”.
Dicho sea esto para que nadie ponga en duda nunca la perspicacia de Román Gubern.


La actriz Paula Wessely, luego con larga carrera en el cine austriaco y alemán, tuvo su primera oportunidad en un papel importante en esta película.