sábado, 6 de mayo de 2023

Sempre tindré París


Tras pequeña reflexión, diría que las cosas que me han gustado más del “Sempre tindré París” (Àngel Quintana, L’Avenç, 2023), han sido las siguientes:
1/ Ese intento, apuntaría que muy suyo, de ir dejando escritos los diferentes cambios de “hardware”, de todo tipo, que ayudan a datar y caracterizar una u otra época. Unos cuantos ejemplos:
-“No había ninguna máquina de escribir. Las herramientas de trabajo eran unos blocs de papel, unos cuantos bolígrafos y una estilográfica” (pág. 14)
-“…estaba en una tienda de informática para aumentar la potencia del disco duro del ordenador cuando recibí una llamada en mi móvil Motorola” (pág. 17).
-“Para no perder tiempo en la cabina, convenía tener unas cuantas monedas de un franco para poder hacer una ronda de llamadas” (pág. 49).
2/ Pequeñas referencias a su biografía personal, que también colaboran un montón a describir una época y, en este caso, tocando aspectos -periodismo, política, cine- que personalmente son de mi interés porque, con un cierto salto de años, habla de experiencias muy compartidas, que me llevan a la sonrisa al recordarlas. Especialmente:
-El uso del Pariscope o “L’officiel du spectacle”.
-La historia del cine a través de Georges Sadoul.
-La mini historia del Cahiers du Cinéma, con su regreso al cine tras su farragosa incursión por la política y la semiótica incluida.
-El feliz descubrimiento de la Biblioteca y las vistas en libertad del Centro Pompidou inicial.
3/Alguna de las anteriores tocan fibras íntimas suyas de forma muy emotiva:
-Aquí habrá que nombrar principalmente la alusión al sillón de barbero (pág. 33)
4/ Cómo se ve que aprovecha sus más recientes lecturas, dando a entender el jugo que saca de ellas como asentadoras de ideas genéricas de base. La lista sería larga y tiene la honestidad de incluir un apéndice con las referencias de todo tipo utilizadas, pero básicamente:
-La Comedia Humana de Balzac.
-La escritura del yo de Annie Ernaux.
5/ La guía detallada práctica e histórica de determinaos lugares de Paris para visitantes con bolsillos ligeros, como:
-Tumbas de famosos (pàg. 27).
-Locales que tuvo a lo largo del tiempo la Cinematheque (pág. 68)
-La Pagode y sí historia (pág. 150).
6/ Reflexiones que inciden en su forma de situarse y afrontar cualquier tipo de cine:
-“Años después, cuando vi que cambiaban las formas de mirar las películas, que cambiaban los referentes culturales clásicos para acercarse a otros referentes culturales que se me escapaban por completo o cuando la cultura digital hizo que las imágenes entre sin en un proceso permanente de hibridación, como cinéfilo tuve un cierto sentimiento de orfandad. Después lo he acabado agradeciendo, quizás, porque esta orfandad me ha generado distanciamiento y me ha ayudado a vivir la increíble experiencia de convertir la crítica en una especie de inventario sobre los cambios y transformaciones del cine” (ésta de la página 73 es especialmente certera).
-“Imma siempre me decía que después de ver una película, me gusta hacer teorías” (pág. 78). ¡Vaya que sí!
7/ Reflexiones sobre lo frágil de la memoria, en el fondo uno de los leit motiv del libro.

No acabado de ver la solidez de otros intentos de llegar a lo emotivo (como esa falsa carta a Imma, que se salva por lo descarado del intento y su misma confesión de entrarla ahí a cincel… porque le apetecía hablar de ella en el libro) o alguna otra deriva de ficción (un supuesto ligue poético), diría que forzada para hablar de alguien como Hawks. Porque el libro también le sirve para definir -teorizar sobre, si se quiere- varios realizadores y películas. 

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