Me gustan, en general, los prólogos e introducciones de libros cuando están escritos por sus propios autores. Suelen tener un lenguaje sumamente claro, directo y, si no es así, se descubre fácilmente la impostura del conjunto. En el caso de “De cine. Aventuras y extravíos” (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2013), sabiendo que se trata del libro póstumo de Eugenio Trías, su prólogo alcanza además una emoción difícilmente superable.
Habla de “tiempos de tribulaciones debidas a enfermedades que de manera sorprendente voy –de momento- superando. (…) vamos ganando batallas (desde luego no la guerra) a una enfermedad traidora.” Y acaba: “Esta vez he cedido a mi madre la dedicatoria donde suelo situar a Elena, mi mujer. Cuando escribo este prólogo mi querida madre ha cumplido ya los noventa y cinco años y tiene hoy por hoy más movilidad que yo, y una envidiable cabeza.”
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