Hoy he visto y he pasado al carro de los partidarios de "The deep blue sea" (Terence Davies). Me maravilla cómo arranca (y finaliza...) con un movimiento de cámara ascendente, que va pasando por lo que el espectador va creyendo que será su centro de atención, hasta llegar al encuadre donde debe centrarse realmente su interés.
En ese momento te dices que va a ser una película de movimientos de cámara majestuosos, pero entonces pasa a todo lo contrario: planos fijos generales,como ese de la madre en posición central, separando a marido y mujer, para continuar la secuencia aún con más brechas entre los dos, con planos fijos de uno o la otra, aislados por completo en su cuadro.
Película también de elegantes transiciones hacia y de vuelta de los flash-backs; de composiciones de cuadro -como las señaladas y otras muchas- magistrales; de magnífica utilización, sin estridencia alguna, de la banda sonora; de juego actoral digno de perfecta obra teatral británica con diálogos, sonrisas, pequeños apartes, incluso escenas corales, escenográficas, para ir recordando...
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