Lo descubrí un invierno, hará unos diez años. Tuve que ir a uno de esos “ejercicios espirituales” que, bajo el nombre de “Discusión de objetivos” organizaba la empresa. La cosa acababa nada menos que en el “Echaurren” de Ezcaray y, tras la comilona, salimos a estirar las piernas. Ya en la carretera, alcé la vista, y vi el escenario de aquella magnífica elipsis de “El Sur” (Víctor Érice, 1983). Excitado, me puse a observar por la derecha, y encontré la valla de la casa. El éxtasis llegó al ver que, en el último caserón, arriba del tejado, se distinguía una gaviota. Ahora he regresado al lugar, para enseñárselo a Teresa.
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La emoción aumenta al distinguir un caserón entre la vegetación. |
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Aquí "El carioco" escribió su declaración. |
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Y, por fin, se ve la veleta. |
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Hasta juraría que Rafaela Aparicio pasa bajo una glorieta como ésta... |
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Han sido tan discretos que mejor que siga siendo un secreto su ubicación, para que no se convierta en un parque temático. Que solamente alguno de vosotros, como quien no quiera la cosa, se deje caer por ahí...
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Cuando me iba, vi llegar a un ciclista, pero ni iba por el medio ni era Estrella...
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