viernes, 13 de enero de 2017

Entre deux inconnus

Octavi Martí (Filmoteca), María de Medeiros y Stéphane Zagdanski en el coloquio final.
Stéphane Zagdanski lo ha explicado muy bien. La cadena Arte le pidió establecer una correspondencia filmada con otro artista, utilizando únicamente las facilidades para ello que ofrece el teléfono móvil. Él pensó en Catherine Deneuve, en Martha Argerich, pero finalmente se acordó de la sonrisa que le dirigió en una ocasión una actriz, María de Medeiros, de la que no sabía nada y tuvo que averiguar todo (nombre, biografía, filmografía) por internet. De ahí surgió "Entre deux inconnus" (María de Medeiros y Stéphane Zagdanski, 2015), una pequeña pieza "al margen" de esas que desearíamos que estuviese llena, por ejemplo, la programación de nuestra televisión.
Una sección específica de ARTE se ve que produce cosas de éstas, pero por aquí en seguida caeríamos en el antecedente que significan las correspondencias (en este caso entre dos cineastas) que fomentó un tiempo el Máster de documental creativo de la UPF, con la correspondencia entre José Luis Guerin y Jonas Mekas quizás como la más cercana a la idea de lo visto hoy en la Filmoteca. Y yo pondría otro ejemplo muy próximo, en este caso sin producción externa ni padrinazgo alguno: la "correspondencia filmada" entre Pere Alberó y Elena Vilallonga.
Stéphane confiesa en una de sus "cartas" que él escribe primero el texto, y luego va en busca de las imágenes que pueden acompañar a su recitado, y esto queda ratificado en su primera misiva, en que aparece escribiendo la carta en un papel y con plumilla, al estilo antiguo (aunque luego en el coloquio hemos sabido que esa era una de las páginas-objeto de arte de "Rare", su último libro). En el caso de María la cosa no está tan clara, porque el poder de sus imágenes, como cineasta que es, es a mi entender muy superior, si bien también en general se aprecian textos muy elaborados, del estilo de esas cartas pensadas largo tiempo.
La plumilla de la primera carta filmada de Zagdanski.
Pequeños datos autobiográficos, sus actividades, preferencias literarias y de pensamiento, observaciones captadas en paseos por aquí o por allá se van sucediendo, intercambiándose en las misivas. En una de esas cartas, como si se tratase de un cebo lanzado en busca de su pez, Zagdanski, al captar los slogan de una lejana manifestación, se lamenta de lo poco convencidos que resultan. A contestación de correo, Medeiros, que recorre medio mundo, se encuentra en México. Desde su hotel filma imágenes que le resultan atractivas, como las de unos hombres colgados con arneses para limpiar o colocar una publicidad, de la misma forma que en su primera carta ha acabado filmando una mariposa, pero unos gritos le llaman la atención. Es una manifestación de protesta por la desaparición de los 43 estudiantes de Iguala, y ella se suma convencida.
Y la mariposa de la primera de María de Madeiros.
Visto que le sigue la cuerda, Zagdanski se lanza en una nueva misiva a exponer una vertiginosa diatriba, lamentándose de la situación de nuestro mundo actual, que va dando desesperantes y notorias muestras de ir hacia la autodestrucción. Con un lenguaje e imágenes nada panfletarias, María de Medeiros le sigue el juego, y hasta acaba con un ruego que determina claramente su posicionamiento: "Dios mío, ¡salgamos de la Biblia!"
"Entre deux inconnus" deja claro que María de Medeiros no es la sofisticada actriz insustancial y vacía por dentro que Stéphane Zagdanski ha explicado temía inicialmente descubrir, sino todo lo contrario. Todos hemos visto, además, que rebosa generosidad. Por un lado, he llegado pronto a la Filmoteca y ella ya estaba por ahí. He podido ver cómo amablemente entablaba conversación con espectadores que se acercaban a alabarla, se dejaba hacer una foto con ellos, etc. Se me podrá decir que esto entra dentro de su papel siendo además una muy popular actriz, pero es que, por otro lado, en el coloquio también hemos podido ver cómo ha insistido hasta que supiéramos mínimamente alguna de las facetas de su partner en el film, Stéphane Zagdisnki, un personaje de gran renombre en Francia, pero muy desconocido entre nosotros. Una generosidad que la deja muy alejada del estereotipo de la clásica diva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario