miércoles, 23 de octubre de 2013

Une simple histoire


Nada menos que en 1977 la Filmoteca dedicó una retrospectiva a Marcel Hanoun, que contenía prácticamente toda su obra. Después, nada. De todo lo visto entonces, no escenas concretas, pero sí el tono general de su primer film, “Une simple histoire” (1959), es lo que me restó en la cabeza hasta hoy, en que he vuelto a ver, precisamente, ese film, una visión que me ha confirmado plenamente su valía.
Es divertido ver que contiene todo lo que las escuelas de cine al uso de la época –muy ortodoxas y poco flexibles- decían que no debía hacerse, por ser procedimientos “poco cinematográficos" (voz en off –y además redundante con el diálogo y acción-, encuadramiento lumínico del personaje estilo cine mudo, etc.), o porque se consideraban fallos (en tres ocasiones un travelling o panorámica acaba con el cuadro centrado en un anodino árbol en primer plano; cambios de punto de vista; salida de personajes de cuadro por la esquina; contraluces “prohibidos”). Presenta, narrada por ella misma, la pequeña odisea que vive una madre soltera, deambulando por París con su hija en busca de trabajo y sitio donde dormir, mientras va agotando todo su dinero. Es casi, a pequeña escala, sin aspavientos, una traslación de la pasión de Cristo por Pasolini (relación traída por cómo empleó posteriormente Pasolini la música clásica), o un recorrido hacia la santidad vía martirio filmado por Bresson.
Ahora he pescado también algunas referencias al nuevo cine de la época y a imágenes del París de los grandes fotógrafos, pero con eso o sin eso, es igual. Una película, para los que no la conozcan, a ver absolutamente, en un momento tranquilo (son 65 minutos). Su enlace:


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