Volviendo a "Bella addormentata" (Marco Bellocchio, 2012), estrenada el viernes en Barcelona, por la Filmoteca:
Es curioso ver cómo contiene muchos de los temas de sus anteriores películas: La religión, los rituales y falsedades de la política, los desórdenes psíquicos, la familia,... Quizás es cierto que, como él mismo dijo en la presentación, se ha apaciguado y, aún sintiendo lo mismo, no lo expresa con la violencia de sus primeros tiempos.
El film va navegando, con agilidad y un juego actoral de campanillas, entre diferentes historias ligadas y con el trasfondo del caso y enorme polémica en Italia sobre si debía o no evitarse la muerte de esa chica que llevaba 16 años en coma.
Lo normal, digo yo, sería que películas así, que plantean con seriedad y maestría cinematográfica un tema como éste, se estrenaran, se vieran, discutieran, causaran polémica,... Y, en cambio, la atención -de existir- parece centrarse en sagas que se dicen fantásticas, películas "de acción" que compiten en aturdir y dejar paralizado al espectador en su butaca, o tontas y retorcidas historias que se quieren metafísicas. Todas ellas, eso sí, películas hechas al otro lado del Atlántico, y no en una sociedad tan parecida a la nuestra como la italiana.
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