Será por el hambre y penurias sufridas durante la guerra, será lo que fuere, el caso es que mi madre no era, digamos, espléndida. Llegó un momento, no obstante, en que dijo que nos daría una “semanada” de una -1- peseta, “para nuestras cosas”. Estas cosas se centraron en el periodo de ese exceso, que no fue muy largo, en acudir, vigilados, a las Atracciones Caspolino. Allí una vuelta en los caballitos costaba 2 pesetas, mientras que una vuelta en mis anhelados autos de choque subían a la astronómica cifra, casi inalcanzable, de 3 pesetas. Pero no tenía ni que plantearme el dilema: Los niños sólo podían subir acompañados de un adulto, y mi madre no estaba para esas cosas. Sólo pude subir en una ocasión en que vinieron mis –ellos sí espléndidos y deportivos- tíos de Figueres, y la cosa no acabó muy bien: Mi tía se pilló el pie en un autochoque con el pedal del acelerador.
Vienen todas estas cosas aquí a colación para explicar la evocación que pueden comportar cosas como los tiovivos, autos de choque, y demás atracciones para alguien que haya sido su usuario en el pasado. Y, entonces, entender el éxito que Cinthia Rajschmir está cosechando por venga festivales de cortometrajes de todo el mundo con su “Huyendo del tiempo perdido”, una muy sencilla peliculita que tiene la virtud de presentar y hacer hablar al regente de una “calesita” argentina de toda la vida, él sí obstinado en hacerla girar “in eternum”, como dando a entender eso de que la vida sigue y sigue y sigue.
Cinthia Rajschmir ha cruzado recientemente el charco para venir con el film al Festival de Soria, y ha pasado su cortometraje, junto con otra película más larga (“Paco Cabrera, el canto de un maestro”) de las dos que también ha realizado sobre docentes de esos que te reconcilian con las estructuras del mundo de la educación, en Madrid (en el Café Kino y en un centro oficial americano). Y ahora, mañana lunes 2 de diciembre, hay una oportunidad de ver también ambos films en Barcelona:
- A las 19h en la sala Silvina Ocampo del Consulado General y Centro de Promoción de la República Argentina en Barcelona. Adjunto enlace sobre este último pase en los comentarios.
(Las fotos del antiguo Caspolino las he sacado todas de la hermosa recopilación de Josep Maria Cortina Palou que corre por la red)
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