Cambio de barrio y de tono. |
Impulsado por las mayúsculas alabanzas que ha recogido, ayer fui por fin a ver “Parásitos” (Bong Jon-ho, 2019, en el Mélies). Me sorprendió descubrir que, con su tono caricaturesco, no me interesaba lo más mínimo, hasta que, bien entrada la película, un acontecimiento da un vuelco total a la trama y su tono.
La arquitectura del hogar soñado. |
Punto a favor de permanecer en la butaca hasta el final, porque entonces sí que admiré la elegancia con la que Jon-ho realiza las escenas que contienen ese vuelco definitivo y aprecié y valoré la fábula social que sustenta el film.
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