Un responsable de la Filmoteca, presentando a Javier G. Guerra.
Ayer no volví en la Filmoteca a la asegurada belleza de los siete planos secuencias de “Salmo rojo” para adentrarme en la fealdad de la mano de Cultura Film (Revista Filmada).
Para quien no conozco esa iniciativa de Javier G. Guerra, que ha alcanzado con ésta ya su décimo número, se trata de una “revista cinematográfica”, al modo de las que que idearon los neorrealistas en su inicio, compuesta por obras de diferentes autores que acuden con su película a la llamada de un tema concreto -la fealdad en este caso- con el único requisito de que la pieza se ajuste mínimamente al tema planteado y no supere los cuatro minutos. En el peor de los casos la variedad y desnivel entre las piezas presentadas puede hacer pensar en las antiguas sesiones de festivales de S8mm, que abarcaban desde insoportables muestras de lo peor del cine amateur hasta alguna obre magnífica, precursora de una interesantísima carrera posterior de quien la hubiera hecho.
Antes de esto, la revista se especializó en entrevistas a grandes realizadores de cine. Basta ver en su carátula los rostros de los que fueron pasando por ella para entender por dónde iba el gusto de sus padrinos, al que no haría yo ningún asco.
Pero vayamos a la sesión de ayer. En general, por lo que vi, pocas eran las piezas de la revista que se planteaban mostrar voluntariamente la fealdad, siendo mayoría la que ponían en duda el concepto o lo asumían, pero en su aspecto conceptual.
Entre los cortos proyectados, los que recuerdo me interesaron más fueron, por diferentes razones, los siguientes. Advierto que puedo errar en algún nombre, porque la sesión no ofrecía ningún programa detallado impreso:
-Lucía Delicado entendió la fealdad en algo que suele dar un enorme asco: “Descomposición”. ‘Footage’ de varios films (sorprendentemente ninguno, por lo que capté, de Peter Greenaway) que registran el proceso de diferentes elementos orgánicos. La autora niega la mayor, haciendo aparecer de un animal en acelerada e intensa descomposición unas flores… que a continuación se pasan, pudren y reinician el proceso.
-Lidia Pérez tuvo en el coloquio final de la sesión una intervención muy divertida y totalmente modesta, quitando hierro a cualquier cosa de valor que pudiera haberse visto en su pieza. Sin embargo, titulándola “Amic meu” (“Mi amigo”), da pie a interpretaciones que, además de hacer reír como hizo al auditorio, permite encontrar la fealdad en un comportamiento. Todo gira alrededor de una serie de amigos en un acantilado, intentando convencer a uno de ellos, muy dubitativo, para que se lance a un bastante enfurecido mar. Pero bueno: parece que Lidia Pérez solo ve la fealdad en la pose exhibidora de los saltadores, la testosterona y demás.
-Albert Alcoz, en su divertida pieza, visita el zoo y filma el que cree el animal más feo de la colección, en “Colao Terrestre”. Si no sale muy bien -se dice-, por lo menos habré filmado.
-El corto de Alejandra de la Peña, “Interrupciones”, aunque no acabé de entender por dónde muestra la fealdad, centrado en el proceso de fotografiar a una modelo, se ha de decir que logra imágenes en blanco y negro muy atractivas.
-“384.000” (o algo parecido), de Nuria Amat y Nuria Malen, muestra inicialmente una serie de extrañas texturas, con una banda sonora de interferencias radiofónicas, que sólo avanzando su metraje y planos llegamos a entender que se tratan de visiones de zonas de la Tierra desde satélite. Y es al leer la relación final de sitios mostrados que deduces son zonas negras en la historia reciente, que muestran la fealdad de la raza humana. Este corto, desde mi punto de vista uno de los más interesantes mostrados, nos dijeron sus realizadoras en el coloquio que estaba hecho únicamente a través de una selección y montaje de imágenes de Google Maps.
-Guillermo Amengual también decide asegurarse el impacto robando imágenes de grandes obras maestras del cine. Con sobreimpresiones con la letra que Godard empleaba en sus “Histoire(s) du Cinema”, va comentando una historia de la fealdad a base de planos bellos y contraplanos protagonizados por rostros deformes, pero son de tan grandes películas que la susodicha fealdad queda, claramente, en entredicho.
-El coloquio quedó desbordado al tocarle a Jordi Siscart y Lucia ?, los de “Fluid genders”, y ellos señalar que su pieza, con unas imágenes muy impactantes por su calidad técnica, que combinaba dos caras de mujer con unos fluidos de colores circulando por encima, estaba realizada gracias a una herramienta nueva de Inteligencia Artificial, que generaba imágenes a partir de los textos que se introduzcan. Aunque parecían señalar que introducían la fealdad por un trozo negro de pantalla (que la verdad no había observado), la gran discusión con el público vino por la candente cuestión de los derechos de autor económicos y morales.
-Noah Candela rodó lugares bellos de Islandia que una ruptura personal que explica en sus diarios les extrajo radicalmente toda su belleza.
-Chiara ?, en “Grotesc però sentimental”, dispuso de su Nápoles natal para hacer ver que, a veces, la fealdad y la belleza están íntimamente unidas.
-Enric Miró, que confesó que presentó “Ma jolie Louise” porque estaba muy liado, sin tiempo para preparar algo más personal, se valió de un doble robo (footage, le llaman) para hacer la, para mi, mejor pieza de toda la sesión. El mérito se debe -él no ha generado ninguna imagen nueva- a una escena de “La Bella y la Bestia” de Jean Cocteau, en la que una y otra discuten sobre el concepto de fealdad, y a la mano de Enric Miró para finalizarla con la ahí rompedora canción de Daniel Lanois (tercera autoría de mérito) que lleva el título de la película.
Alguien preguntó, al final, que para cuando sería la onceava Cultura Film (revista filmada). Mejor dar tiempo al tiempo. Con sus desequilibrios, da gusto ver que toda una tropa de gente muy diferenciada, generalmente muy joven, ve aún que pueden expresar algo mediante este medio (y no digo cuál, porque me parece que además de poner “con su cámara” debería añadir otros aparatos, incluido “su ordenador”.
Toda la basca de realizadores de la revista que, con amigos y conocidos, se presentó en la Filmoteca.
J. G. Guerra con Núria Amat y Núria Malet.
Costó entender que estaban diciendo que habían hecho su corto mediante la Inteligencia Artificial. Y ahí fue Troya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario