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Olga Iglesias, del BEC, presentando a Nuria Ezquerra. |
Dice que sus clases sobre montaje las da en sesiones de cuatro horas. Hoy sobre las 21,30h, tras dos horas largas, se acababa el acto organizado por Barcelona Espai de Cinema en la Casa Elizalde, pero sé que no era el único que me habría quedado ahí, absorto, escuchando sus explicaciones hasta completar las cuatro horas de rigor.
Nuria Ezquerra ha empezado a un nivel básico, explicando cuál es el papel del montador dentro de un proyecto cinematográfico, y ha ido subiendo el tono, añadiendo complejidad a la cosa, de tanto en tanto escusándose por estar simplificando demasiado.
Por aclaraciones complementarias hemos ido sabiendo que empezó su trabajo “serio” como montadora para el “En construcción” de José Luis Guerin, al que acudió inicialmente como una alumna más en prácticas, cuando la montadora francesa prevista dio la espantá, asustada por la enorme cantidad de horas de rodaje acumuladas. Que en ese proyecto vivió el paso del montaje analógico al montaje por ordenador, con su milagrosa posibilidad de deshacer lo ya montado sin volver a empezar de cero. Pero también que ya había tenido tiempo de aprender a no equivocarse, preguntándose previamente, en la selección de cada plano, qué es lo que se quería decir con él.
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"En la ciudad de Sylvia", como "En construcción" han sido muy protagonistas de la charla. |
Todos hemos salido con la idea de que lo de menos es la herramienta con la que se efectúe el montaje, que lo primordial es llegar a entender la intencionalidad subyacente de cada escena y establecer la estructura completa de la película (y sobre todo en los documentales), para luego ya ajustar las secuencias en ella.
Unas cuantas definiciones que ha hecho del trabajo del montador: Que es similar a un mago, que sabe engañar al espectador con otras cosas para ocultarle los fallos del material rodado. O que su trabajo es detectar por qué una secuencia o toda una película no funciona, y ofrecer soluciones.
Ha explicado cosas que nos permiten entender mejor las características de directores como Guerin (para el que ha trabajado mucho como montadora, pero también en otros variados papeles) o como Jordá, del que ha ofrecido una semblanza muy emotiva.
La sesión se ha acabado con una pregunta y una respuesta inteligentes, sobre el papel de la ética del montaje en un documental, siendo tan fácil para el montador hacer decir o hacer algo que no ha dicho o hecho a alguien de la película. Y con una reflexión que ha hecho pensar: Dice conocer por completo, al detalle, a los actores de las películas que ha montado. Su forma de actuar, sus tics, absolutamente todo. En cambio, ellos no la conocen a ella para nada. Ni siquiera saben quién es.
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