Jesús Franco no gana para desengaños en “El extraño viaje” desde la muerte de sus padres. Invoca al tiempo pasado continuamente: “¡Con lo buenas que estaban las peras del huerto de papá!” ¿Cuáles podrían ser esas riquísimas peras del huerto de papá, a conservar en la memoria? Aquí –Cine- se intenta recopilar y dejar visibles las impresiones a vuelapluma, en general sin documentación ni análisis previos, de la reciente visión de alguna película que me haya causado buenas vibraciones.
jueves, 30 de enero de 2025
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miércoles, 29 de enero de 2025
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lunes, 27 de enero de 2025
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jueves, 23 de enero de 2025
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miércoles, 22 de enero de 2025
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lunes, 20 de enero de 2025
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domingo, 19 de enero de 2025
La belle endormie
A la que veo que se programa algo que lleva la firma de Frédéric Mitterrand, programo su grabación, con la esperanza de que me traiga de nuevo su cancionela haciendo de narrador de lo que vaya el tema, siempre expuesto con erudición y amenidad.
No deja de pasar eso en “La belle endormie” (1921), proyectado ayer de madrugada por Movistar+ en su canal Tv5Monde, pese a que la busco ahora en esa plataforma y no doy con ella.
En el inicio del documental, Frédéric Mitterrand dice que caminando por el Luberon, yendo por el Pays d’Aigues, en el sitio más remoto que pensarse pueda, se encontró con una bellísima y anciana, bastante maltrecha, mansión. Encontró a su dueña y consiguió de ésta que se la mostrase y alquilase, prometiéndole que la mantendría todo lo que sus recursos le permitieran, al tiempo que estudiaría bien su historia, de la que nada conocía.
El documental consiste en mostrar los frutos de sus investigaciones. Dividido por diferentes capítulos que siguen más o menos un orden cronológico, va vertiendo todo lo que ha ido sabiendo de la casa, la Bastida du Grand-Pré, y de toda la zona de su alrededor. Una forma de conocer toda esa región de la Provenza francesa.
Como siempre en sus cosas, se mezclan relatos populares con hechos históricos siempre vestidos con un cierto deje melancólico. También entrevista, por ejemplo, a un actor luego conocido como cantante, Jacques Moulière, que aparecía en una película rodada en la Bastida, “Les Loups de la bergérie” (Hervé Bromberger, 1960), lo que da pie a visualizar una preciosa y osada escena de despertar en un granero protagonizada por la debutante François Dorleac.