En el cine los tres niños con su tía.
La narradora, aunque hay muchas escenas de las que ella no era testigo.
A medio ver ayer en la filmoteca “Madre” (“Okaasan”, Mikio Naruse, 1952) me asaltó una duda sobre los prejuicios (no en sentido negativo, sólo en el de juicio previo) con los que iba a ver este tipo de cine. Porque, sabiendo que el cine de Naruse no había llegado nunca a España (hasta edición en vídeo de unas pocas películas suyas, y entre ellas ésta), siendo conocido como otras muestras de cine japonés en Occidente por su pase en algún Festival, quizás lo conceptué como “de arte y ensayo”, siendo en realidad un cine de lo más popular, que debió tener en su país, como tal, un éxito extraordinario.
Retrato sobre el transcurrir de la vida cotidiana en su barrio de una modesta familia japonesa en los años posteriores a la guerra, “Okaasan” está narrada y estructurada mediante (unos pocos) comentarios en off de la jovencita de la familia, haciendo notar y alabando a su madre. Hay consenso (del propio realizador y unos cuantos críticos de cine) en considerar la película como el mejor Naruse. Es posible que el que no llegue la sangre (los lloros) del melodrama al río, prevaleciendo la comedia, sea una de las razones de peso para ello.
Un primer hecho luctuoso está soslayado por una señora elipsis, lo que también ayuda, si bien aún quedan escenas, acompañadas con música ad-hoc, que parecían tener como objetivo el hacer llorar a la platea entera. Pero muchas más aparecen con tono de comedia, en muchas de las cuales se canta o se oyen variaciones por la banda sonora nada menos que del Oh, sole mio!
En el fondo, si bien se analiza, tampoco estamos muy lejos de las tramas de las películas de Ozu: el film se inicia con el paso de un tren de cercanías, y se acaba casi como notorios finales suyos, marcando la soledad alcanzada por el personaje, con Chishu Ryu sustituido por Kinuyo Tanaka. Cambiando hombre, pues, por mujer.
Kinuyo Tanaka, actriz de todos los grandes directores japoneses, incluidos Ozu y, sobre todo, Mizoguchi, es el centro absoluto de la acción y quien da el buen tono de fondo de la acción.
Por el final, dándose cuenta. No es Ryu, sino Tanaka.
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