A haber sido invitado por Estrella Millán a un grupo interesado por la historia del cine debo la invitación a ver la mexicana “Dos monjes” (Juan Bustillo Oro, 1934; enlace al final).
Rodada en decorados repletos de claroscuros y sombras, mediante ocasionales picados y contrapicados o planos inclinados, primeros planos expresionistas o cuando menos pictóricos y diálogos imposibles de oír sin una sonrisa en el rostro, la película está constituida básicamente por un largo flash-back, en donde se revive la historia obsesiva de dos hombres por una misma mujer.
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