domingo, 23 de marzo de 2025

Hors du temps






Hay frecuentemente sorpresas, reacciones que te desconciertan. Eres un entregado profesor que crees estar convenciendo y haciendo vibrar al unísono a todos tus alumnos, haces una pregunta a uno de ellos que parecía seguirte el pensamiento por completo y su respuesta te hace ver que no ha entendido nada o hasta que lo ha hecho completamente al revés.
En las apreciaciones cinematográficas me ocurre algo parecido. Veo “Hors du temps” (2024: ¡vaya cambio de foco que introduce el título español, “Tiempo compartido”!), creo haber visto una de las obras más personales de Oliver Assayas, que hermana el sentimiento que ya viviste con “L’heure d’été” (2008) y, en cambio, constatas que, además de haberse saltado su estreno en España la ventana inicial de exhibición por salas de cine, no cosecha tras su visión en plataforma (la tiene desde el viernes Filmin) ningún entusiasmo, más bien al contrario.
Esa pausa total, ese encontrarse “fuera del tiempo” que supuso el confinamiento, esa extrañeza global con sus nuevos y temerosos rituales, son los que centran la película. Es cierto que Assayas, que no oculta estar hablando en primera persona, deja ver que el suyo fue un confinamiento dorado, inalcanzable por la inmensa mayoría de la humanidad, pero eso no quita para que no se considere que, con sus escenas mas o menos irónicas o de humor o con otras más naturalistas, toque hueso, ese hueso que uno, parece que incomprendido, busque viendo cine.





 

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