Leo cada noche, hasta que el sueño me vence, unas páginas del libro que tengo destinado para estos menesteres. Tras unos días en que la lectura de "Marin Karmitz. Une autre histoire su cinéma" (Antoine de Baecque; Flamarion, 2024) me ha resultado muy áspera, correspondientes al relato sobre la formación empresarial del sello MK2 tras su época de realizador militante post mayo 68, vuelve ahora a un terreno que fue el que me hizo escoger el libro.
1/ Límite de duración de la película a producir, con un máximo de 1h 50 min. Si no, se le fastidiaba todo un sistema de horarios que hacía que, en Francia, sus salas pudieran programar cinco sesiones diarias: "Empieza a las 19,30 en vez de a las 18h, y vas en contradicción con la vida, con la salida de los despachos, la cena a preparar, los niños a acostar...". Me hace gracia oír esto de un antisistema burgués como fue pocos años antes.
2/ Un claro plan financiero: "Puedo autofinanciarme hasta 10 millones de francos (en un momento en que el presupuesto medio de un largometraje era de unos 13 millones). Más allá no. Estoy limitado, pues, a un estilo de films que responda a mi presupuesto".
3/ Reparto equitativo de las principales retribuciones. "He propuesto que el actor principal, el realizador y yo mismo recibamos el mismo salario. (...) Un director no puede estar peor pagado que un actor. No sería ético".
Y 4/ Seguimiento de principio a fin: "De la escritura de su guión a su salida en sala, en Francia y el extranjero, hasta su difusión por las cadenas de televisión".
Todo un sistema al que se sometió con verdadero agrado un autor como Claude Chabrol....
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