sábado, 6 de julio de 2024

Carlos Saura: Fotógrafo

Steidl, Saura y Meinke. Saura le explica una anécdota o un lema que ha hecho suyo, a este último, mientras el primero, que sólo quiere respuestas a sus preguntas, se impacienta.

Steidl y Saura retratándose. Las fotos resultado de esta acción aparecerán al final en el libro editado.

En “Carlos Saura: Fotógrafo” (Jörg Adolph y Gereon Wetzel, 2017; en Filmin), seguimos el proceso de producción de un libro a partir de las fotografías que, sobre la España de los 50, hizo el cineasta antes de rodar su documental “Cuenca”.
Vemos desde que a Saura, que demuestra ser un buen actor (la cara que pone cuando finge enojo por tener que ir a abrir la puerta), le va a visitar el editor Steidl a su casa de la sierra para acordar el proyecto, hasta la nueva cita en el mismo sitio, pasados más de dos años, para la entrega del volumen por fin acabado, pasando por los viajes intermedios a Alemania para ir decidiendo cuestiones técnicas de la edición.
Perdido con los idiomas, Saura atiende, aquí y allá a Steidl, quien, frente a la jovialidad y notoria admiración que le profesa el también en su día editor Hans Meinke, que parece haber sido el instigador del libro y le sirve de traductor, se muestra en principio desinteresado, abstraído en sus cosas y bastante inquisidor, mientras luego -es verdad que demostrando una experiencia en la confección de libros de fotografía extraordinaria- se le ve lo que en Cataluña se dice “anant per feina”, es decir, no haciendo demasiado caso de las bromas e historias dilatadoras de Saura y marcando sin pausa las pautas del trabajo.
Con aspecto de niño grande juguetón, vemos cómo Carlos Saura se distrae comprando cámaras viejas para su colección y haciendo fotos con una que lleva siempre colgada del cuello, al tiempo que se hace cruces de la cantidad de detalles minuciosos que han de abordar.
Ese retrato del hombre ya mayor está muy conseguido, está muy bien, pero lo mejor de la función son las hermosas fotografías, documentos inigualables de una España hoy ya más que desaparecida, que, de tanto en tanto, para general asombro y disfrute, van apareciendo.

La España retratada por Carlos Saura.

Y el hermoso libro salido del horno.
 

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