Mi pequeña aportación para complementar el recuerdo de Marguerite Duras que fomenta la Filmoteca, dedicándole estos días un ciclo, tiene por fuente un libro de memorias de la actriz Bulle Ogier que he empezado a leer. Traduzco alguna de sus citas:
“Marguerite Duras tenía sus pequeños botines de cuatro centímetros, aún así, de altura. No caminaba demasiado, como no fuera ocasionalmente en Trouville. Se interesaba por las gaviotas, como por todo: ‘¿Ves esos palos en el agua? Es el Mékong. ¿Ves esta avenida, Pierre-Ier-de-Serbie? Es el Mékong. Veía el Mékong por todos lados.
(La fotografía de la escritora en el Hotel des Roches Noires de Trouville es de Hélène Barberger, y la he obtenido de El País)
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