lunes, 23 de septiembre de 2024

Zeleste: el récord de tantes ocasions



Anoche Betevé pasó (y por tanto supongo que puede repescarse en su página web o, si no, estará en el Festival In-Edit) “Zeleste, el récord de tantes ocasions” (Albert De la Torre y Rafael Moll, 2024). Sospecho debía ser un proyecto de Moll (fallecido a finales del año pasado) que, aún con varias bajas en su haber (aparece bastante J. M. Martí Font, que se nos fue en febrero de este año), se reemprendió recientemente.
Empiezo a ver su grabación y suena una versión musical preciosista de “Qualsevol nit por sortir el sol” mientras vemos, medio en tinieblas, unas viejas cajas de mudanzas o transportes almacenadas, y me asalta el pensamiento de que será de una nostalgia, todos añorándolo y soltando alabanzas, que la harán pegajosa e invisible.
Pero luego… aparece tanta cosa vívida que a ver quien se le resiste.
Cada uno junto a la famosa lámpara como de alabastro de las mesas de Zeleste cuentan y nos descubren cosas de lo que ahí y alrededor suyo se coció.
Sílvia Gubern explica cuál fue el origen y cómo materializó el logo del local. Dani Freixas cómo se gestó su decoración. Sisa de donde salió eso de la Onda Layetana y cómo le sirvió de modelo para su Cabaret Galàctic, Rafael Moll cómo se formó para una sola noche y empezó a tocar la Orquesta Platería…
También aparecen grabaciones de actuaciones ahí (obligando a mirar atentamente, no sea que, por casualidad, aparezcas insospechadamente en un plano perdido de la grabación) y por otros lados de Pau Riba, el Gato, la misma Orquestra Plateria, La Vos del Trópico, Jordi Sabartés,…
En un momento dado, la cámara graba y encadena algunos números de Vibraciones, Star, El Rollo Enmascarado y Ajoblanco.
Otros hacen mención de lo que surgió de la sala, como las primeras versiones del Taller de Músics y, luego, el Zeleste de Almogáraves, con vocación de centro de arte de todo tipo donde no pudiera molestar a los vecinos que denunciaron el de la calle Plateria. Hasta su fallecimiento por inanición, para reaparecer más tarde como Ramataz, que “ya sería otra cosa”.
Lo dicho: a ver quién que lo haya vivido mínimamente se le resiste.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario