miércoles, 11 de septiembre de 2024

Le fantome de Truffaut



Dejo así la foto, con esa pegatina de “Oferta” bien visible en su portada, para que se vea la razón por la que, después de ojearlo, compré y me llevé a casa un libro que ni hablaba de Truffaut ni tenía un autor que conociera mínimamente.
Y ha sido después, al ponerme a leerlo de forma ordenada, cuando me he dado cuenta de que se trata de un libro bien escrito y que me resulta de interés.
Frédéric Sojcher es un director de cine belga (posteriormente he descubierto haber visto un largometraje suyo… que no me gustó nada) que va describiendo (hasta donde he leído por el momento) mediante pequeñas notas, sin pedantería y con buen humor, sus primeros contactos con el cine.
Hijo de un escritor bien relacionado en el medio, a los quince años, por su cara, sorprendiendo por un gesto tan intrépido, convenció nada menos que a Serge Gainsbourg y a una guapa modelo cuya fotografía le gustó al leer un número de Cine-Revue a hacer de actores en un film de S8 dirigido por él, y visto el éxito, siguió pidiendo a cantidad de famosas actrices un día de rodaje para otras películas suyas, consiguiéndolo. Y eran temas sugerentes, que me han despertado la curiosidad por ver los resultados.
Después va narrando con gracejo sus peripecias, como ésta de una de las clases de cine a las que se inscribió en la Sorbona o en la Universidad de Censier (Paris 3), riéndose de ciertas interpretaciones metafísicas de los films:
“El profesor da un curso sobre Jean Luc Godard. Muestra un extracto de un minuto de uno de los últimos films del cineasta y se gira hacia nosotros, sus estudiantes:
-¿Cómo analizar estas imágenes?
Silencio en la sala.
-Mirar bien.- y vuelve a pasarlo.
-¿Qué?
No se oye ni el vuelo de una mosca.
-Mirar el coche…- Vuelve por tercera vez a proyectar la escena, en la que se ve un Mercedes rodar por una carretera suiza (como me he leído hace poco la biografía de Godard, creo sospechar de qué película se trata)
-¿Aún no?- y encadena, orgulloso del efecto que va a provocar:
-El coche es un Mercedes, una mére-cedes (madre-cedes): es de la relación con la madre de la que nos quiere hablar el cineasta.
Yo levanto la mano:
-En la escena precedente, en el café, hay un percolador.
Y preciso:
-Un pére-colateur (un padre colector)
-¡Fuera!
Las vías del análisis fílmico son infinitas.”

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario