sábado, 28 de septiembre de 2024

Mon père avait raison


Padre -interpretado por el mismo Sacha Guitry- e hijo, en un momento en el que el primero ha dispuesto enviar interno en un colegio a su hijo.

Hay otro padre -abuelo del niño- que pasa a visitar a su hijo y hablan conjuntamente de su relación con las mujeres.

En la biblioteca del gremio, la Xavier Benguerel, he dado, expuesta como novedad, con una pieza que la justifican. Ahí estaba, y no he podido sino llevármelo a casa para cubrir un poco un gran agujero que tengo en la historia del cine, un pack constituido por ocho DVD (1), ocho películas de Sacha Guitry.
Al llegar aquí he ordenado las películas por fecha de realización y me he visto la primera: “Mon père avait raison” (1936).
Película que deja claro sus origines teatrales (casi toda la acción tiene lugar en una u otra sala con varias puertas por las que entran y salen los personajes), es una más de las adaptaciones que él mismo hizo de sus obras para el cine. Como dice Pascal Thomas en un extra, no fueron filmaciones directas: cada una comportó su propia puesta en escena, bien particular.
No sé si “Mon père avait raison” será un ejemplo de “la pièce bien faite”, pero en cualquier caso apunta dos o tres cosas nada despreciables sobre la herencia que pasa de padres a hijos, la buena vida y el amor.
(1) En realidad 7: alguien se había llevado previamente el octavo…

Padre e hijo, veinte años después.

Una señorita entra en escena.
 

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