sábado, 4 de marzo de 2023

Vrai faux passeport



De un documental con entrevista de Serge Daney.


Una de las muchas secuencias de cine comercial robadas que forman el film. ¿Qué era? ¿Pandora y el holandés errante? (No: La condesa descalza)

Con buen criterio los de la Filmoteca dejaron ayer la sesión de las 17h con sólo la pieza de 55 minutos. No es que se tratase de uno de los más complejos collages de secuencias y frases elaborados por Jean-Luc Godard, puesto que éstas iban una detrás de otra, sin apenas atropellarse entre sí, y daba tiempo para enterarse y entender bastante la intención de su presencia ahí, pero aún así conviene no saturar.
En “Vrai faux passeport. Fiction documentaire sur des occasions de porter un jugement à propos de la façon de faire des films”, Godard distribuyó (en 2006) sentencias personales de bonus o malus a las diferentes secuencias de películas que fue aportando y colocando una tras otra, sin apenas letreros sobreimpresionados y unos cortos, no muy sentenciosos, intertítulos, agrupándolas con unos apartados numerados de forma bien extraña y con nombres que parecen van a ser clarificadores, pero no acaban de serlo.
Confronta todo el rato cosas como los suplicios infringidos en el “Reservoir Dogs” de Tarantino con la mención de la tortura en Argelia, hace aparecer cantidad de escenas muy famosas de la mejor historia del cine (Dreyer, Pasolini, Bresson,…) junto a bazofias de acción, pero debe admitirse que, aún reproduciendo escenas grabadas en la televisión con su vídeo doméstico (superproducciones dobladas al francés, cintas con la indicación de tiempo), sabe escoger muy bien los momentos a mostrar. De vez en cuando elimina toda la banda sonora, y nos vemos forzados a mostrar más interés por las imágenes, así subrayadas.
Quizás me equivoque y sea también un trozo de película robado, en este festival de apropiaciones que se saluda finalmente con un divertido letrero de “Copyright pour tous”, pero diría que la única escena rodada por él debe ser la de unos planos en color muy vivos de las flores de un jardín, mientras la voz de una mujer que supongo será Anne Marie Miéville le dice que lo primero que debe hacer al ver a la niña palestina recitando un poema con un fondo de ruinas es hablar de esos decorados, ese teatro.

La niña palestina declamando un poema en ese decorado teatral luego subrayado por Anne Marie Miéville…

…durante panorámicas sobre este jardín florido que -quizás me equivoque- me pareció el único plano no robado -intervención mediante títulos y en la banda sonora al margen- de la sesión.







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