Por una de esas cosas que suceden, de un pase por el benefactor UHF de “Drôle de drame” (Marcel Carné, 1937) se me quedó grabado por vida el siniestro -y pecaminoso- obispo encarnado por Louis Jouvet y Míchel Simon cuidando sus mimosas y alimentando con las moscas que iba atrapando al vuelo sus plantas carnívoras.
Estos dos, junto a otros muy populares actores franceses, tanto del teatro como de la pantalla (por ahí aparecen también el galán del melodrama que figuran rodar en “La noche americana” -Jean Pierre Aumont-, haciendo aquí de alocado y enamoradizo lechero con ideas sublimes para la escritura, o el mismo Jean-Louis Barrault, en asesino de carniceros que cae enamorado de Françoise Rosay…
Rodado en unos decorados muy evidentes figurando ser un par de barrios opuestos de Londres y sus casas, con inspectores de Scotland Yard y demás elementos de la farsa incluidos, todo está montado para hacer pasar una sesión de comedia disparatada, con gags -esa anciana que olvida constantemente que su perrita, Canadá, murió hace cinco años-a recordar.
Pero en mi cabeza quedará siempre ese repugnante obispo que tan bien borda Jouvet, y la enternecedora manera en que Simon va a cuidar sus mimosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario