domingo, 26 de mayo de 2024

Domestic Violence

La policía acude a la llamada de una vecina, que oyó gritos. Ni ella ni él quieren denunciar a su pareja, pero acaban en prisión.

Una asociación de damas visita Spring, un centro en el que acogen a mujeres que han recibido violencia de su pareja, y atienden a las explicaciones de los sus gestores.

Está “Domestic Violence” (Frederick Wiseman) visible en Filmin dividida en dos partes (2001 y 2002). Aunque existe una completa continuidad entre una y otra, será que consideraron era un plato difícil de digerir todo seguido.
Lo suele hacer Wiseman en varias de sus películas: Empieza con una sucesión de planos fijos que nos acercan a una ciudad, y más concretamente a sus suburbios, y acaba, después de las largas horas que intentan -y vaya si logran- hacernos cargo de una situación, con la sucesión de planos inversa. La autopista de llegada y salida es la misma, pero el barrio de su inicio -envuelto en un continuo y molesto rumor de motores de automóviles- está habitado por gente que a duras penas puede llegar a final de mes, mientras que el que vemos al final es un auténtico ‘suburb’ privilegiado. Los casos seguidos afectan en su totalidad al primer sector.
En la primera parte acompañamos a agentes de policía que acuden ante una demanda recibida de violencia doméstica. Vemos desde casos que evidentemente requieren una intervención rápida (como una señora ensangrentada de arriba a abajo, a la que su pareja le ha cortado desde el labio toda la mejilla) hasta otros en que podemos llegar a pensar si tomar al pie de la letra la ley correspondiente de Florida (donde se desarrolla la acción), por la que una denuncia con evidencia de violencia supone ir directamente a la prisión, no es algo excesivo.
En la segunda parte asistimos a una causa preliminar múltiple y luego a juicios desarrollados a velocidad de vértigo.
La reiteración, subrayada por la misma película, te deja molido, y pensando cómo se puede sacar adelante a la humanidad.

Causa preliminar, que dicta el alejamiento y pérdida de contacto entre la pareja.

El expeditivo y veloz juez en una causa múltiple, a ritmo de un par de minutos por compareciente. Sus encausados -en el monitor- visten el traje naranja de los que están en prisión..

La desesperada juez, viendo que no hay forma de parar el problema.
 

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