domingo, 7 de mayo de 2023

Libros vs películas



Supongamos que vas a una biblioteca, buscando un libro que leer. Se puede desde luego, escoger a partir de su título, pero, salvo en casos muy especiales, yo diría que lo más importante para la decisión es quién lo ha escrito. Y no creo que para escogerlo te presenten únicamente los dibujos de las tapas de los libros ofrecidos.
En cambio, en el mundo del cine debe haber un complejo de inferioridad notorio, que hace que la mayor parte de las ocasiones, cuando buscas una película, se “olviden” de informarte de algo que los mercaderes que te la ofrecen seguramente consideran baladí, como es quiénes la han hecho. Una foto con pretensiones y en todo caso un resumen argumental cursilón o comprometido y va que chuta.
El mal estaba hecho ya con la venta o alquiler de vídeos y DVD. Si en los carteles de cine sabías que tenías que ir a buscar en la letra pequeña de un extremo, la reducción de superficie correspondiente te los anuló directamente.
Ahora, es horroroso, y al menos a mí me pone muy nervioso, dedicarse a ver qué te ofrecen proyectarte plataformas de todo tipo (sólo Mubi y -ésta sólo en ocasiones- Filmin te informan del director, país y año). Si haces un viaje de trayecto largo, para entretener al pasaje, las compañías aéreas se ven obligadas a alquilar unas cuantas películas con las que el pasajero pueda confeccionar un menú a su gusto personal. Que Dios le coja confesado.
Porque si sólo se que se trata de que “Emma se aburre en su reciente matrimonio y cree encontrar el amor en un joven al que conoce circunstancialmente” no sé yo si habría leído nunca “Madame Bovary”.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario