viernes, 21 de enero de 2022

Borrachera de poder


Pues me ha atraído mucho más “Borrachera de poder”, uno de los últimos films de Claude Chabrol (2006), que cuando se estrenó.
Centrada en el papel -ingente- de Isabelle Huppert, interpretando a una juez de instrucción que se siente capacitada para reventar todos los asuntos de corruptelas del poder, al tiempo que fracasa estrepitosamente en su vida privada, muestra en varias direcciones la habilidad de Chabrol.
Primero en la caracterización de los personajes, cuestión que empieza por la elección de actores, sigue por escoger los escenarios por los que se mueven (aquí los diferentes despachos y casas, que hablan tanto del carácter e historia de los personajes, así como La Santé, de donde salen alguno de ellos más despistados que de un hospital) y se acaba de pulir con el trabajo de los decoradores y responsables de vestuario, todos del equipo habitual del realizador.
Acostumbrado a revisar desde hace un tiempo sus diferentes películas, me he fijado especialmente en varios pequeños detalles: una transición por corte de un diálogo en que se habla de las pirañas a un acuario (un elemento muy habitual en los films de Chabrol) ante el que trabaja la juez interpretada por Isabelle Huppert, el corte de una potente cantante de ópera en acción en medio de una conversación, la alusión al gusto de Huppert por el chocolate que seguro es un guiño a su papel anterior con Chabrol y un mínimo detalle de puesta en escena que me guardo para un próximo Ombres Mestres.
Tras ver la película he hecho otro tanto con un extra del DVD, en el que se habla un poco del caso de corrupción real (de la potente Elf) en el que se basó Chabrol para elaborar su guión y luego he leído el trozo del libro de De Baecque que habla de la película. Gracias a éste he sabido que la transferencia de datos es total.
Por un lado Chabrol se ha divertido, como suele tener por costumbre, en la asignación de nombres de sus personajes (La juez, en vez de llamarse, como en la vida real, Joly -hermosa-, se llama Charmant -encantadora-; un personaje se llama Holeo, recordando sin duda -comenta De Baecque- al oleoducto del affaire; el personaje inspirado en el político Roland Dumas lo interpreta el actor Roger Dumas y, para dar nombre a la compañía sacada de la ELF, se entretiene sumando una letra a cada una de la palabra: FMG.
Por otro lado, he visto que también Chabrol trató de suavizar ciertos acontecimientos que incidieron en la vida de la juez, de la que sin embargo retrata y sigue su historia personal como mujer de origen humilde que se casa con un hombre de familia adinerada, al que desconcierta y casi anula con su ansiedad de poder. No obstante, eso no le sirvió para contentar a la juez auténtica, que escribió un artículo en Le Monde durísimo contra la película y amenazó con ponerle un pleito y todo.




 

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