¿Y si fueran los ejercicios teatrales en los ensayos del par de grupos, ya casi totalmente destartalados en este penúltimo episodio (7, “D’Emile à Lucie”), los que marcaran la clave de todo el “Out 1” de Jacques Rivette? Thomas, el director de uno de ellos, les dice a los de su grupo que lo que debe primar es el estado de disponibilidad, el deseo de juego, de divertirse, no otro objetivo preciso.
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¿Y si todo lo que me cuenta es un juego? |
También es en el taller, ya vacío, donde Sarah (Bernardette Lafont) le dice como única solución a Colin (Jean-Pierre Leaud), después de preguntarle si no sabe que todo lo que ha estado haciendo puede ser peligroso y regalarle un péndulo, que debe jugar.
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Habrá que tomar cartas en el asunto... |
Si bien es verdad que antes, en una de las entrevistas que provoca Colin intentando desvelar el misterio, Warok le pregunta si no será todo lo que le cuenta un juego, a lo que él responde que eso no es posible, que en ese caso toda la magia, todo el mundo misterioso que compartimos, se derrumbaría estrepitosamente.
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En medio de diálogos en un indescifrable idioma, un obsequio y un camino: “Juega”... |
Tranquilos, que ya sólo queda el octavo y último episodio.
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