Tenía una convicción idealizada sobre Roberto Rossellini: padre, con su “Viaggio in Italia”, del cine moderno; visionario que preconizó la muerte del cine… para reconocer el reinado futuro de la televisión, para la que empezó a realizar toda una serie de documentales, con intención de provocar un significativo avance en la educación de la gente.
Acabé la lectura del libro que contiene la correspondencia más significativa entre François Truffaut y Helen Scott entre 1960 y 1965 que, al margen de aportar una serie de elementos para conocer la personalidad del cineasta y, no digamos, la más que digna de estudio de su corresponsal, revela unas cuantas indiscreciones, soterradas bajo la supuesta inviolabilidad de la correspondencia.
Una de estas indiscreciones, ya sin demasiada importancia visto el tiempo transcurrido, la tiene Truffaut respecto a Rossellini.
Le comenta Helen Scott que no conocía nada de Roberto Rossellini… hasta que descubrió que era con quien se había ido Ingrid Bergman, y le pide información.
Truffaut se extiende en las bondades de quien, no hemos de olvidarlo, fue uno de sus padrinos, tildándolo de “uno de los grandes espíritus del siglo”. Pero amparándose en la inviolabilidad de la correspondencia y la confidencialidad que se le supone, acaba diciéndole que puede tener relaciones de trabajo con él, pero con “cuidado con las cuestiones de dinero”. Poco antes le ha dicho que “es un hombre que tiene enormes necesidades de dinero, puesto que debe alimentar a cerca de 11 niños…”.
Todo esto no dejaría de ser cháchara privada, si no fuera que habla también, de forma muy directa, de los documentales que le ocuparon toda la última parte de su vida, de forma que hacen bajar algo a lo terrenal la concepción tan idealizada que tenía sobre su evolución:
“Su actividad hoy en día -lo dice en una carta de 1965- consiste en recoger de los grandes poderes financieros europeos (acero, alimentación, conservas, embalajes, productos farmacéuticos, etc.) enormes capitales, destinados a promover una especie de enciclopedia filmada: Historia del hierro, Historia de la alimentación, Historia de la medicina, etc. Los enormes presupuestos de la Educación nacional (en Italia), los cines escolares y las televisiones, así como la ONU y la Unesco, entran en la ronda”.
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