domingo, 22 de julio de 2018

Bioética


Grabo sistemáticamente un programa de Betevé (cada vez me es más difícil, entre nosotros, reproducir los nombres comerciales de televisiones, centros culturales y así). Se trata de "Terrícoles", un programa -¡ay!- corto (unos 25 minutos), pero con buenas posibilidades de éxito si da con la persona adecuada, porque tiene la habilidad de haber pensado en algo tan simple, tan evidente, como que un programa de entrevistas puede estar hasta muy bien. El otro día celebraban su programa número 1000.
Miro el principio de cada entrevista grabada y, si no me convence el personaje o la misma entrevista, paro y borro en seguida la grabación. Pero hoy he dado con una reciente entrevista de Milagros Pérez Oliva sobre un tema que, en principio, no sigo demasiado y pese a ello ha sido de esas que he visto hasta el final. La entrevista era con María Casado, del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, cuyas respuestas y planteamientos me han dejado impresionado. En lugar de seguir los caminos hoy en día trillados, los tópicos bien pensantes, se ha hecho una serie de preguntas de lo más pertinentes, que abren ventanas y dudas allá donde antes sólo había un río caudaloso que arrastraba con todo. Esa explicación suya de que lo que en principio veía clarísimo que se había de fomentar ve asustada hoy en día que tenía aspectos que podían hacerlo un camino perverso me ha encantado.
Merece una atenta escucha a la que se disponga de esa media hora. Su enlace:

 

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