lunes, 1 de diciembre de 2025

Aussi long que mon infance


Tenía algo olvidada la plataforma de la Cinemathèque, Henri, y ha sido entrar en ella y volver a ver que es la que más sorpresas -agradables- me puede ofrecer.
He acudido a ella al ver que anunciaba “Aussi long que mon infance” (Marilú Parolini, 1969), un desconocido cortometraje que explica mejor que mucho cine la insatisfacción de aquella gente joven “comprometida”en el inmediato post-68.
En la ficha de Henri, Philippe Azoury, un periodista que ha escrito bastante sobre Eustache y Garrel, sitúa a Marilú Parolini (italiana que fue sin papeles a París y acabó trabajando como secretaria de Cahiers du Cinema, habiendo aparecido en “Chonique d’un été” -Morin y Rouch, 1961- y luego fue la mujer de Jacques Rivette, con quien escribió no pocos de los guiones de sus películas, además de hacer lo mismo con “La estrategia de la araña” de Bertolucci) y dice cosas sustanciosas, usando su poético lenguaje, sobre la película.
Vemos a Bulle Ogier, que hace de universitaria en momento total de dudas sobre su vida amorosa, política y de todo tipo, yendo a buscar a su chico -la cámara la sigue pegada a un metro de su cogote treinta años antes que los Dardenne nos descubrieran ese plano con su “Rosetta” (1999)- y partiendo con él y otra pareja hacia Roma, conduciendo toda la noche, para asistir a la mañana siguiente a una manifestación contra Nixon, que ha anunciado su visita a la ciudad. En el coche, para no dormirse, ella se pone a cantar “Le déserteur” (“Monsieur President…”), pero como los italianos no se la saben, cambian a una anarquista italiana.
El montaje del corto lo hizo Jaén Eustache, y Azoury especula con el rumor de que también colaborara más activamente en su gestación, lo que explicaría un larguísimo monólogo interior casi final del personaje de Bulle Ogier que prefigura el también larguísimo y de igual impacto de la Veronika de”La maman et la putain”.





 

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