martes, 2 de diciembre de 2025

Le point du jour


Cambio de mes y Arte TV deja desde ayer ver una obra de un cineasta de difícil visión por aquí, como es Louis Daquin, y nada menos que uno de sus iniciales films, que ha sido restaurado este mismo año, “Le point du jour” (1949), uno de los que respondían directamente a sus ideas comunistas y sindicalistas, pero mostrando una postura y planteamiento muy abierto, no maniqueo, con claroscuros en los pertenecientes a las dos clases sociales representadas.
Dicho así, perfecto. Pero la dicha no es completa, porque los únicos subtítulos que ofrecen para su visión son los alemanes, y a fe que, a palo seco en el francés que emplean, la comprensión de muchos diálogos se hace realmente difícil.
Como un documental suyo anterior, la película muestra el mundo de las minas del norte de Francia, rodando casi todo en escenarios naturales, comprendidas las viviendas, instalaciones (accesos, vestuarios, sala de tría del mineral, escaleras y montacargas de un pozo minero) y las mismas galerías donde se extraía y por donde se conducía el carbón obtenido.
Arte TV no la ha presentado por haber llegado a una decisión de cambio radical de su línea de programación, sino porque va ha hacer un ciclo dedicado a Michael Piccoli, y en “Le point du jour” fue, precisamente, su debut de actor. Hace en la película de uno de los mineros, que batalla con la idea de su novia de seguir trabajando tras casarse. Otros personajes son otros mineros de diferentes sexos, ideas y edades, sus parejas y familias, así como dos ingenieros, uno nuevo en el lugar y de pensamiento social más abierto, al que acompañamos en su primera visita de reconocimiento viendo lo duro del trabajo, acompañado por un ingeniero veterano que marca siempre una distancia infranqueable con los mineros.
No pudo Daquin seguir, después de esta película, rodando otras de este estilo, debiendo pasar obligadamente a un cine de un tipo bien diferente. En el libro de la correspondencia entre Truffaut y otros directores aparece una carta de Daquin a Truffaut, pidiéndole que produjera un film que quiso hacer ya en los años 70, por el que había recibido un avance importante para su realización. La respuesta de Truffaut escabulléndose deja con bastante mal sabor de boca. Daquin ya no realizó ni esa ni ninguna otra película.







José Luis Guerin saliendo del trabajo. 🙂





 

lunes, 1 de diciembre de 2025

Aussi long que mon infance


Tenía algo olvidada la plataforma de la Cinemathèque, Henri, y ha sido entrar en ella y volver a ver que es la que más sorpresas -agradables- me puede ofrecer.
He acudido a ella al ver que anunciaba “Aussi long que mon infance” (Marilú Parolini, 1969), un desconocido cortometraje que explica mejor que mucho cine la insatisfacción de aquella gente joven “comprometida”en el inmediato post-68.
En la ficha de Henri, Philippe Azoury, un periodista que ha escrito bastante sobre Eustache y Garrel, sitúa a Marilú Parolini (italiana que fue sin papeles a París y acabó trabajando como secretaria de Cahiers du Cinema, habiendo aparecido en “Chonique d’un été” -Morin y Rouch, 1961- y luego fue la mujer de Jacques Rivette, con quien escribió no pocos de los guiones de sus películas, además de hacer lo mismo con “La estrategia de la araña” de Bertolucci) y dice cosas sustanciosas, usando su poético lenguaje, sobre la película.
Vemos a Bulle Ogier, que hace de universitaria en momento total de dudas sobre su vida amorosa, política y de todo tipo, yendo a buscar a su chico -la cámara la sigue pegada a un metro de su cogote treinta años antes que los Dardenne nos descubrieran ese plano con su “Rosetta” (1999)- y partiendo con él y otra pareja hacia Roma, conduciendo toda la noche, para asistir a la mañana siguiente a una manifestación contra Nixon, que ha anunciado su visita a la ciudad. En el coche, para no dormirse, ella se pone a cantar “Le déserteur” (“Monsieur President…”), pero como los italianos no se la saben, cambian a una anarquista italiana.
El montaje del corto lo hizo Jaén Eustache, y Azoury especula con el rumor de que también colaborara más activamente en su gestación, lo que explicaría un larguísimo monólogo interior casi final del personaje de Bulle Ogier que prefigura el también larguísimo y de igual impacto de la Veronika de”La maman et la putain”.